28/5/14

Un regalo para La Sirenuca

Hace mucho tiempo, en una nube sobre el mar vivía un ventolin muy bueno que se llamaba Vento.
El estaba completamente enamorado de La Sirenuca.

 Un feliz día La Sirenuca invitó a Vento a su cumpleaños  ¡y claro! Vento al recibir la nota, supo que tendría que hacerle un regalo, pero Vento no sabía el qué.  

Al cabo de un tiempo, mientras que estaba  mirando el mar -entristecido- se fijó en que en el agua brillaba algo, así que fue a mirar qué era.  Al acercarse vio  unas piedras pequeñas, de colores y que además parecían de cristal, Vento se puso tan contento, que fue a meter la mano en el agua, las cogió, y al sacarlas, los colores se apagaron.
Las metió en el agua y volvieron a su color, en un instante supo que sólo producían su color cuando estaban metidas en agua, alli mismo creó una bolsa de aire, donde metió agua y las piedras de colores.

Llegó el día del cumpleaños, y sin embargo estaba muy nervioso. Vento se acerco a La Sirenuca, y le ofreció el regalo, y la dijo lo que sentía por ella; ésta le dijo que si quería podían ser marido y mujer, y él la respondió que sí, y ella dijo:
- Muchas gracias por las piedras, porque esas piedras simbolizaban el amor.

Al cabo de unos años se celebró su boda, y  todo terminó con un final feliz.


Marta Sotero  4º A.

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