Un caracol paseaba por
la ciudad cuando de repente se encontró una poción con poderes. Corrió hacia casa y se
la tomó de un trago. Al día siguiente, cuando se levantó a desayunar, tocó al
vaso y sin querer le rompió de la fuerza que tenía en las manos. El poder le duró unos
días, pero no estaba contento porque no podía coger nada; menos mal que se
le pasó.
ANDREA 4ºA
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